Renzo apareció una noche de San Lorenzo en un barrio de Segovia, asustado, debilitado y al límite de la extenuación. Flaco como una lima y absolutamente derrotado. Durante una semana no se movió, simplemente comía y dormía. Tras observarle unos días, nos dimos cuenta de que no veía bien y apreciabamos como su corazón se movía con cierta anomalía así que lo bajamos al veterinario y después de hacerle un RX se vio que tenía el cuerpo lleno de perdigones y en una ecocardio se descubrió que tenía un problema agudo de corazón. Su estado no está al límite pero hay que observarle por si desmejora. Esta es la razón para no esterilizarlo ya que nos asusta la anestesia. Al explorale los ojos se pudo apreciar que no veía nada bien así que el 23-9-15 le llevamos a Madrid a un especialista y nos dijeron que estaba ciego, su retina no tiene riego sanguineo y no responde a la luz ni a otros estímulos. La verdad es que nos entristeció bastante este diagnostico ya que todos pensabamos que algo podía ver porque en el albergue se maneja perfectamente y se mueve practicamente sin tropezar. Ahora es un perro alegre, sale a nuestro encuentro y se tira al suelo para que le acariciemos la barriga. Pensamos que ha descubierto las caricias y los mimos con nosotros ya que al principio no se atrevía a acercarse y no pedía nada. Le encanta comer, defender su cunita y algunas veces intenta jugar con los otros perros pero el ritmo de ellos es demasiado para él. Renzo es un abuelillo que lo único que pide es un colchón suave, paseos cortos, caricias y mucho amor. Nos gustaría encontrarle un hogar y en su defecto una casa de acogida que le ofrezca un invierno calentito y tranquilo. En casa se porta fenomenal aunque le gusta salir a tomar el aire. Necesita gente especial que no espere de él grandes esfuerzos pero que deseen recibir mucho amor. esto si que lo tiene a raudales. Nuestro abuelete querido está esperando su oportunidad.