A Puri la encontramos vagando por un barrio de Segovia, se estaba cruzando la carretera con riesgo de ser atropellada. Estaba muy asustada y no nos resultó sencillo rescatarla ya que en cuanto nos acercábamos a ella, salía huyendo así que pusimos la jaula trampa. La pobre estaba hambrienta y no tardó en caer en ella. Cuando llegamos al albergue se nso cayó el alma a los pies al ver su situación; llena de heridas, alguna de ellas muy profundas, su aspecto físico desmejorado, llena de pulgas y mierda enredada en su pelaje y lo más triste; una mirada de temor que nos mostró la mala vida que había llevado. Afortunadamente con el tiempo, cuidados y mucho cariño comenzó a confiar en nosotros y ahora es una perra alegre, juguetona y muy cariñosa. Después de varias operaciones ha recuperado su salud y en estos momento está fenomenal y feliz. Es encantadora, activa y algo traviesa, la encanta jugar con otros perros y estar cerca de la gente mientras la acariciamos y la hablamos con dulzura. A pesar de parecer débil, en realidad es una perra fuerte, independiente y todoterreno. Es un amor.